MIRADA DE SUEÑOS (Estampas de playa 1)

Todos los días aparece a la misma hora. Sobre media mañana. En su mano izquierda un manojo de perchas con camisetas de las selecciones de fútbol de este mundial de 2014. Las lleva de Brasil, de España, Argentina.. junto a otras del Real Madrid y del Barça. Su mano derecha sujeta, fuertemente, un hatillo al hombro que envuelto en una vieja sabana, que mas tarde extiende sobre la arena, deja al descubierto el "tesoro" de su bazar ambulante.
Ropa interior de Calvin Klein, bikinis, vestidos y batas playeras, gorras de importantes y conocidas marcas deportivas y algún que otro chandal.
Asi mismo, en otras ocasiones, cambia la mercancía y, al abrir el envoltorio donde lo trasnporta, quedan al descubierto linternas, cañas de pescar, relojes, bisutería, aspiradoras de coche e incluso pequeños ventiladores.
Los veraneantes y bañistas le llaman "el cortingles"


Es alto y musculoso. Un mortal dios de ébano. Sobre su torso fuerte y musculoso lleva una camiseta con una frase en ingles y un pequeño "arco iris" de colores indefinidos. Usa un desgastado pantalón vaquero que va siempre remangado por encima de los tobillos con varias vueltas a los bajos.
Sus pies, grades, pisan descalzos la cálida arena donde otros toman el sol o se relajan tras el baño.
Un cuello ancho y musculoso sostiene una regia cabeza de medidas perfectas donde una nariz recta y elegante descansa sobre unos labios sensuales y carnosos. Los rizos de su pelo enmarcan un rostro particularmente bello que se completa con unos profundos ojos negros que  parecen  mirar, siempre, hacia un infinito de nostalgias. Sus blanquísimos dientes se muestran, a cada momento, pues su sonrisa acompaña la accion de la venta.
Apènas habla, a no ser que se le pregunte, pero siempre sonríe. Deja la mercancía en el suelo y contempla, con ese gesto que le hace parecer feliz, como las señoras en una gran mayoría, sacan y meten continuamente los vestidos y las batas del montoncito de ropa que se forma al dejar abierto el hatillo donde transporta su tesoro.


Pero hay algo que me ha llamado la atención al contemplarlo detenidamente. En mas de una ocasión, en lugar de "controlar" la mercancía, que intenta vender, en lugar de eso, dirige su mirada hacia el horizonte y su vista se pierde en la inmensidad del mar en esa raya, inalcanzable, donde se juntan mares y cielos. Asi se queda un buen rato sin prestar atención apenas a nada de lo que le rodea o incluso de vender hasta que, en algún momento, un posible comprador le saca de su particular ensoñación para preguntarle por el precio de un bikini o de la camiseta del Real Madrid. Si nadie le dice nada  se queda mirando alla a lo lejos sin que nadie sepa, en ningún caso, que llama  poderosamente su atención.


Quiero pensar, de hecho lo hago, que busca en el mar las respuestas a su sufrimiento y su humillaciones. Le veo oriundo de un pais africano que tuvo que abandonar por alguna lucha o revuelta tribal que le obligo a abandonar a los suyos. Seguro que fue víctima de las mafias que controlan el trafico de personas hacia Europa. Que se ha endeudado mas de lo que jamas podía haber pensado jamas. Que paso muchos meses, años quizá, tratando de alcanzar el sueño del "paraíso del norte" donde le habían prometido trabajo y una vida sin penurias.
Paso y sufrió muchísimo para alcanzar España. Quiza a bordo de una patera en la corta, pero traicionera, travesía del estrecho o bien días enteros perdidos en el mar de Alboran sorteando tormentas y corrientes hasta alcanzar las costas de Granada o Almeria.
Que a partir de ese momento, otras mafias en tierra, le volvieron a esclavizar trabajando de manera inhumana bajo los plásticos de los invernaderos donde fácilmente se alcanzan los cuarenta y seis grados. O en las obras de la propia costa, en tiempos de bonanza, donde sin papeles nadie le dio de alta y apenas le pagaban diez euros por todo un día de trabajo. Hacinado en alguna chabola con las gentes de su raza o durmiendo donde buenamente podía para pasar la noche a cubierto.
Noches de nostalgia, soledad y amargura. Noches de desesperación o de sueños irrealizables donde vería, sin duda, todo cuanto dejó en aquel lejano pais: padres, hermanos, mujer e incluso algún hijo que quedaron allí con la promesa que les hizo de ganar dinero y sacarlos de la miseria, el hambre, la desolación y la muerte. 


Todo eso pienso mientras le veo todos los días y a la misma hora que coloca su mercancía en la arena  y cuando pierde su vista en el horizonte como queriendo econtrar, en esa raya infinita donde su juntan mares y cielos, respuestas a tantas preguntas. O quizá, quien sabe, sueña con esa gente que dejo al otro lado del mar a miles de kilometros y que aguardan sus noticias. 
O, porque no, en las caricias de una madre o una mujer a las que, hoy por hoy, no tiene esperanza de volver a encontrar.

Mientras, la gente, sigue curioseando en la mercancía que ha dejado sobre la arena y las señoras se prueban, sobre sus bañadores, las batas para estar mas cómodas en casa o los hombres intentan averiguar como funciona el aspirador portátil para limpiar el interior del coche....... El, dios mortal de Ébano, sigue con la vista perdida en el infinito y soñando en un mañana mejor.......... 

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